El árbol sueña que
tiene patas y corre,
raíces que lo sujetan
al suelo.
Ahora un hombre con
memoria de niño lo trepa,
le busca la copa para beber
de un trago toda su sed.
El árbol de
quietud esta vivo,
cree que vuela por sus
alas,
hojas que lo alimentan.
Pero un día lo
abandonan o mueren,
ligadas hasta caer en
un viaje de a miles,
solitariamente.
Ayer un dictador o patriota
se sentó junto a él,
en medio de la batalla
firmó su rendición.
El árbol cree que puede
agitarse por el viento,
doblegar su ánimo,
y resiste como un
viejo militante de aquel “no pasaran”.
Pero fue bosque entre
tantas manos que lo abrazan,
y es canción o reparo
palacio/nube, paraíso eterno.
El árbol se apoya en
una mujer desnuda que entrega en un mar de piernas sus manos,
y otros sueños,
mientras las ramas
silban una melodía entre la luz, son luz.
Me pregunto,
cómo se sostendría el
mundo,
cariátides del cielo.
Enramada donde se han
perdido mi olvido,
y este canto que me
exilia de tu amor.
Me encanta la imagen del árbol apoyándose en la mujer. Hermoso blog, te felicito. Éxitos!
ResponderEliminarGracias querida Adri, por la observación, quiero seguir leyendo tus cosas, las espero. Cariños!
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