miércoles, 29 de abril de 2015

Mensjeros


Nunca fue un pétalo  avanzando dentro de su tiempo
en los jardines que añora la flor,
ni más acá ni en ningún lugar estalla en rayo
como una luz que la atraviesa de pura invención
de sonreírle a la tibieza de su propia sombra.
Se sube a veces la verdad /que es el camino /
un lago inmenso de la noche
 y trata de entender lo claro
conspirar contra lo invencible
para arder como despierta.
Y cuando esto ocurre se acerca despacito
a las voces de los niños
esa que sabe nadar entre la niebla y el olvido.
Un perder y un encontrar son las letras del poema,
ese conjunto de palabras
donde la tierra vive como resabio de lo que está oculto
a cualquier ojo.

Pero también hubo hastío
equivocaciones que se hacían desvelo

impedimento de pintar las estrellas del monte,

el sendero silencioso y todo parecía una mentira.

Sin embargo llegaron ellos como espectros de puro sol

y traían la vida en los hombros

desde los rincones del mundo

volviendo del pasado envueltos en vientos del Egeo

navegadores del cielo


argonautas del presente para decirnos quiénes somos.